Este jueves, 28 de enero, es festivo en Cuenca: es el día del patrón de la ciudad, San Julián. A pesar de que las fiestas patronales se celebran por todo lo alto a finales de agosto, el día dedicado en el calendario al que fuese segundo obispo de Cuenca es este del primer mes del año.
Durante toda la jornada, se programan diversos actos para honrar su figura, siendo la ermita que lleva su nombre, ubicada en una de las laderas de la hoz del río Júcar, el centro neurálgico de la actividad de ese día.
Es tradición que la Agrupación de Devotos de San Julián El Tranquilo reparta panecillos a todos aquellos que se acerquen hasta el santuario. El pasado año, se repartieron 10.000. Los actos tradicionales también incluyen una procesión con la talla del santo por el paraje y la celebración de misas, tanto en la ermita como en la Catedral de Cuenca.
La ocasión es un buen momento para disfrutar de la belleza del paisaje natural de esta zona y de unas espectaculares vista de Cuenca a lo largo del camino que nos llevará hasta el santuario.
Ya hablamos en una entrada anterior del sendero circular que recorre una buena parte de la hoz del Júcar pasando por la ermita. Hoy, nos vamos a centrar en el primer tramo de este recorrido y en el tranquilo paraje -de ahí su sobrenombre- donde se cuenta que se retiraba el santo para meditar y hacer cestas de mimbre junto a su fiel sirviente Lesmes. Allí, junto a la cueva que les daba cobijo, se levanta hoy el santuario en honor a San Julián.
Ruta hasta San Julián El Tranquilo
El acceso a la ermita puede hacerse por dos vías. La más rápida es a través del empinado camino, con escalinata incluida, que ayuda a salvar los cien metros de desnivel entre el aparcamiento en la hoz del Júcar, a algo más de 2 kilómetros de la ciudad, y nuestro destino. El otro, con un recorrido sensiblemente más largo (supera los dos kilómetros) y más cómodo (salvo la pendiente inicial), ofrece una ventaja añadida: unas magníficas vistas del casco antiguo de Cuenca y de la hoz del río Júcar.
Este sendero comienza en las inmediaciones de la ciudad, a 20 minutos andando desde el Hotel Plaza, en el paraje conocido como Recreo Peral. También es posible llegar hasta allí en coche y dejarlo en las zonas de aparcamiento cercanas.
Encontramos un cartel que nos indica el inicio de la ruta junto a la carretera. Tras el mencionado primer tramo empinado, continuamos con un cómodo paseo en el que nos encontraremos con cruces junto al camino que corresponden a las 14 estaciones del Vía Crucis que representan, según la tradición cristiana, las distintas etapas vividas por Jesús en su camino al Calvario.
A lo largo de este recorrido en plena naturaleza se localizan varios miradores que nos permiten disfrutar cómodamente de unas espléndidas vistas. En la siguiente galería podéis ver algunos ejemplos.
A un ritmo cómodo, en una hora llegaremos a la ermita de San Julián El Tranquilo.
La ermita de San Julián
El santuario en honor al patrón de Cuenca se levantó en una tranquila zona donde, según se cuenta, iba, hace 800 años, el por entonces obispo de Cuenca a confeccionar cestas de mimbre que luego repartía entre los más necesitados. Junto a la pequeña ermita se puede visitar la cueva donde San Julián y su fiel Lesmes elaboraban las cestas y la fuente en la que mojaban el mimbre para poder trabajarlo.
En este paraje podemos disfrutar también de una zona de recreo con mesas de piedra, que son utilizadas para comer con familiares o amigos por un buen número de las personas que se acercan hasta este lugar el día 28 de enero.