A apenas 50 metros del inicio del ascenso a la parta alta de la ciudad por el conocido como puente de la Trinidad, nos encontramos con un conjunto escultórico que, sin duda, nos llamará la atención. Ese punto, en la confluencia de la calle Palafox con la escalonada calle de San Juan, frente al edificio que hoy ocupa el Conservatorio de Música, fue el elegido por las turbas de Cuenca para rendir homenaje a todos cuantos participan o han participado de esa tradición en la madrugada del Viernes Santo, uno de los momentos más singulares de la Semana Santa conquense.
La escultura, que recibe el nombre de Turbas Generación, está formada por siete figuras elaboradas en acero corten que representan a varias generaciones de turbos portando los elementos característicos de este grupo: tambores y clarines.
La elección de este lugar por el Grupo Turbas para instalar el monumento no fue casual. Allí, con los primeros rayos de sol del Viernes Santo, los turbos reciben a la imagen de Jesús Nazareno de El Salvador haciendo sonar sus estridentes clarines, una situación que se repite al ‘asomarse’ la talla del Nazareno en la mayor parte de las curvas del recorrido procesional.
Para todos aquellos que no conozcáis la procesión Camino del Calvario de la Semana Santa de Cuenca, aquí tenéis el momento en el que la imagen de Jesús Nazareno llega al monumento a las turbas .
La escultura, obra del artista conquense José Luis Martínez, fue inaugurada el 29 de marzo de 2014. Desde entonces, guarda el acceso principal a la Plaza Mayor de Cuenca y recuerda durante todo el año una de las tradiciones más conocidas de la ciudad.
Cuenca tiene mucho que ver y que disfrutar. Una sorpresa nos espera a la vuelta de cada esquina en las calles del casco antiguo. Este monumento es un ejemplo de ello.